Hablar de plantas es hablar de Naturaleza y nada hay tan grandioso y extraordinario como ella. La tierra vive, experimenta transformaciones y tiene sus secretos. Las plantas medicinales se
nutren en su mayoría arraigadas en la tierra, conviven con ella y de la tierra extraen sus virtudes y sus dones.”(Las plantas medicinales-R Garrido)
Las plantas están de moda aunque lo cierto es que nunca fueron olvidadas siempre hubo quien experimentó su eficacia.
Quizás el resurgimiento de la fascinación por las hierbas nutra, como dice Chopra, esa parte de nuestro espíritu que ansía una vida más sencilla y siente nostalgia de una época más inocente,
cuando nos sentíamos más próximos al mundo de la naturaleza.
En un entorno tan desequilibrado como el que tenemos el conocimiento y uso de las plantas medicinales nos permite restaurar nuestro pequeño cordón umbilical con la naturaleza; nexo de unión que
no debemos perder en esta vorágine.
A través del conocimiento de las plantas no sólo podemos sanar nuestro cuerpo, sino nuestro espíritu y conectar con valores como la paciencia, el amor y la compasión. Sanaremos nuestra alma y por
añadidura nuestro entorno. Somos un Todo y las plantas nos ayudan a recordarlo.
No hay dolencia que no pueda ser curada. De ello saben todos aquellos que han perseguido la salud y el equilibrio en su vida. A través de las plantas y su conocimiento, el enfermo puede
reconquistar su salud y encontrar el camino que le ayude a mantenerse en orden con la naturaleza. La utilización de las plantas con fines terapéuticos está muy documentada desde antiguo y su
acción medicinal constatada a todos los niveles .No obstante, hay que ser rigurosos en sus usos y aplicaciones, pues su uso indiscriminado e inconsciente pueda darnos resultados
indeseados.